Rock

El autor de Solo le pido a Dios habla de Mundo Alas, un proyecto que incluye a algunos artistas discapacitados a los que viene apadrinando a lo largo de su carrera.
Por Tomás Astelarra y Daniel Hoffer/Publicado en HBA en Abril del 2010/Foto: Sandra Cartasso.
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En Buenos Aires hay "gringuitos" que revitalizan la cultura andina mezclándola con el ruidoso devenir de la ciudad.
Por Tomás Astelarra/Publicado en HBA en Febrero del 2010/Foto: Mara Padilla.
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GARDELITOS
¿La última esperanza del rock? Símbolo de independencia cargando el mito de la muerte de Korneta, la banda saca un nuevo disco y el Eli charla con Tomàs Astelarra en un cafè de Caballito.
Publicada en HBA en Noviembre del 2008/Foto: Pati Curi
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ROCK DE LAS MAMITAS
¿Rock Boliviano? Tomás Astelarra se tomo unas chelas con el Grillo Villegas y Christian Krauss, vio videos de Black Crowes con los Camaleòn y hasta tocò en el Equinoccio con los Gogo Blues. Crònica Papacha con amplificador.
Publicada por Nomade en Octubre del 2008/Foto: Daniela Cajías
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KARAMELO SANTO
De Mendoza a la comunidad autogestiva en Buenos Aires a las giras Europeas. Manu Chao, el mundillo del rock argento, el planeta que se extingue, la familia, los amigos... Por Tomàs Astelarrra
Publicada en Al Margen en Octubre del 2009.
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Dios (¡No se olviden de Dios!)
Ali Farja Toure y las músicas del mundo
Grad Prix
Eli de Gardelitos
El heredero del rock
Después de
la muerte de su padre (Korneta) y el alejamiento de Horacio y Martín Ale, Eli
Suarez ha quedado como el único sobreviviente de la formación original de los Gardelitos,
que no solo es una banda de rock, sino también una miniempresa autogestiva que
sin mayores auspiciantes ni grandes socios ha sabido llenar el estadio de All Boys con 10.000 personas y
que hoy convoca entre 1000 y 2000 personas en conciertos en Buenos Aires, el
conurbano y el interior del país. Desde que se ha
transformado en líder del grupo, si bien las canciones son las mismas, la forma
de trabajar de Gardelitos ha cambiado mucho. Los ensayos son obsesivos y sin
muchas sustancias, el entorno más reducido, en los camarines se respira
concentración y los shows arrancan en hora, con un set de canciones que pasan
sin muchos comentarios y en un clima de contención hacia el público (algo que
quizás tenga que ver con lo cerca que estuvieron los Gardelitos de Cromagnon).
Los últimos conciertos del grupo también siguen la lógica de tocar con bandas
del lugar, cobrar entradas económicas, y recolectar útiles o alimentos para
organizaciones sociales de la zona. En un bar de Almagro, Café de por medio, el
Eli se sienta a charlar con sensible modestia y una inocencia que no coincide
con sus experiencias y su treinta largos años. Pibe de barrio con ciertas
certezas expresadas con esa simpleza que a veces cargan los líderes indígenas,
su voz es la de muchos.
¿A pesar de sus masividad siguen siendo una
banda under?
No tenemos
pudor en decir que seguimos siendo una banda under y disfrutamos de eso también.
No renegamos de la masividad que podamos tener potencialmente, pero no por eso
dejamos de ser under en la concepción de la cosas y en nuestras relaciones. Es
necesario más hoy por hoy, que el público de rock ha perdido la posibilidad de ver
bandas de menor convocatoria. Después de Cromagnon se corto muchísimo eso. Son
muy poquitas las bandas que están surgiendo en este momento. Nahual, te puedo
decir. Y el público esta estancado, hay que darle una vuelta. También lo
estamos haciendo en el interior. En Jujuy invitamos unos chicos de una comunidad
aborigen Quebraleña, el grupo la Coquera, que estaban haciendo un cover del
tema Querandies. Se juntaron libros para una escuela de Tilcara. No son muchos
los productores que se copan, pero los convencemos. Es solo un prejuicio, tienen
miedo que seas un idealista. Organizamos todo con la organización Semillero
Rock. La gente colabora mucho y eso esta buenísimo. Vos fijáte que los chicos
nos contaban que en el Teatro de Flores juntamos más comida que en los shows de
Manu Chao o de calle 13.
¿Y siguen haciendo todo de forma independiente?
Lo de
la independencia fue más una consecuencia que una decisión o una bandera para
levantar. Llega un punto donde te sentís rechazado, pero igual querés seguir
para adelante con lo que tenés para decir. Y hay que utilizar tu instinto de
supervivencia a todo esto que está tan impuesto y empezar a buscar caminos
alternativos. Nosotros nunca decimos que no a nada. No decimos que no vamos a
trabajar más con una multinacional. Pero hoy por hoy la libertad que estamos
teniendo está buena y aparte va avanzando cada vez más esa especie de
maquinosidad con respecto a la música y el sonido y a las posturas de las
bandas de rock y cada vez te dejan menos margen para expresarte. Porque más que
una expresión el rock termina siendo casi como una caricatura de si mismo. A
pasado a formar parte de la falta de propuesta general. Está más cerca de
despertar un bostezo que un grito de rebeldía. Eso es peligroso para todos.
Fue
siempre lo que irradió Korneta en el escenario y en las canciones y es la base
de Gardelitos: para diferenciarte del resto simplemente tenes que ser vos
mismo. Hay bandas que no disfrutan la música sino que están más pendientes de
lo que el éxito genera. Y es bastante triste ver que un músico piense así.
Gente que te dice: porque no le das un sonido mas así que es lo que está
pegando. Y capaz ni le gusta eso. Pero ellos piensan que te están tirando una
como decirte: che por qué no te pones un negocio de pollo al spiedo que es lo
que está saliendo. Y el arte fundamentalmente me parece que fue, es y va a ser
lo que uno siente. No solo es por criticar a las demás bandas. Es también para
que no nos pase a nosotros, cualquiera puede tener esas debilidades.
Y el público los sigue
a pesar de tantos cambios y de que no hallan seguido el camino de muchas otras
bandas de mayor convocatoria.
Ha
tenido mucho que ver con el hecho de que sigamos adelante con el grupo. Es como
que te va cargando de una energía que no estaba prevista. Uno a veces le cuesta
bastante seguir adelante en una situación así. Pero como que nos van marcando
un camino, eso está bueno. Nos aceptan como somos. No están pidiendo que seamos
una copia de los Redonditos o los Ratones. Respetan nuestra identidad. Nos da
libertad a nosotros para jugar con la música. El tema que se transforme en algo
exitoso el rock es un arma de doble filo. Porque también empezó a entrar en una
comodidad que puede llegar a ser muy contraproducente con el hecho de generar
cosas. Hay que ser concientes de los tiempos que corren. Y a veces te terminas
aislando, pero las cosas se van dando para eso. Uno trata de encajar y no
encaja, y no podes forzarlo.
También convocan un público especial, a veces
con fama de bardo, como lo era en su momento el público de los Redondos.
La fama
de bardo es más prejuicio que otra cosa. Porque los pibes hace varios años que
son re tranquilos. Larralde decía que a la gente que es pobre se le dice gente
humilde, y una cosa es ser pobre y otra es ser humilde. Pobreza es lo que
sobra, humildad es lo que falta, decía el tipo. Te quieren hacer sentir que
porque sos pobre hay que bajar la cabeza. Así también cuando quieren te
escrachan y te dicen vos por ser pobre sos un bardo.
Últimamente parece que han tomado una postura
de contención hacía el público desde lo escénico. No tanta arenga y más
mensaje.
Siempre
existió una actitud dentro de nuestras limitaciones de respeto a la gente. La
idea de incorporar los trajes al show tiene que ver con eso. Además de ser una
especie de homenaje a lo que es la generación de nuestros abuelos y el tango,
tiene que ver con una cuestión de respeto. Hemos ido a tocar a Ciudad Oculta o
a Villa Jardín, barrios de bajos recursos. Y no porque estamos tocando en una
villa vamos a subir con el pantalón roto. El tema de estar más tranqui en el
show fue decantando con el tiempo. En un momento estábamos bastante sacados con
una necesidad de comunicarnos de forma compulsiva. Fue una etapa pre Cromagnon,
donde estaba esa sensación de a punto de explotar. Justamente hay un tema en el
último disco que se llama Mezclas Raras, que es el que yo escribí. Es de unos
meses antes, y habla de esa falta de unión que podemos llegar a tener nosotros
como sociedad, o como banda de rock o como movimiento, parte de un todo. Esa
actitud de mandar todo a la concha de su hermana, no nos importa nada. Como una
especie de abandono de esta generación que está necesitando un lugar y creer
que puede existir un mañana. Durante dos mil años se viene acumulando una
paranoia sobre el fin del mundo y nosotros terminamos pagando el pato sobre
unos miedos que se vienen arrastrando hace un montón. Y parece que nunca
tuviéramos oportunidad de poder ver un horizonte. Eso produce también como una
especie de angustia que se transforma en bronca y sale para cualquier lado. Es
verdad que uno termina meando fuera del tarro. Pero tampoco es que uno de la
nada salió con esa forma.
¿Y cómo ves lo de Cromagnon hoy a la distancia?
Quiero
remarcar que yo no puedo ser muy objetivo, mucha gente que estaba ahí tenía la
camiseta de los Gardelitos, y conozco a Chabán hace muchos años y conozco a
Callejeros hace muchos años también y sé que están pasando un momento jodido.
Pero también lo puedo ver desde adentro y tiene una profundidad lo que puedo
decir, me toca muy de cerca. Están en juego muchos valores de la sociedad. Mi
mayor de los respetos con los familiares de la víctimas, pero el tema del
último fallo a mi me parece que se sigue poniendo el foco en los superficial
del tema, no al fondo de la movida. Creo que realmente la responsabilidad
recaía en los funcionarios, y nosotros como sociedad tenemos que aprender a
reclamar lo que corresponde, apuntar a esta gente que estudió para saber si el
lugar esta habilitado y no pretender que un músico también tenga conocimientos
técnicos de esas cosas, de si un techo puede generar semejante masacre. Eso no
es muy coherente. Nosotros lo expresamos, que nadie le importa si estamos acá.
Esa es la sensación que nos ha dejado, esa referencia es para la clase política
y hay una sociedad que no vas más allá y no profundiza en el tema. De pronto
pasas a ser un criminal por meter mucha gente en un lugar. Gardel llenaba
teatros, llenaba cines, lo que produjo la muerte de 194 personas y más de 1400 heridos
es que ese lugar no estaba en condiciones, que los músicos confiábamos en lo que
dijo Omar, y que Omar también tiene que estar observado o limitado por ese
aparato político, para eso están. Hemos pecado de inocentes o ingenuos pensando
que nos estaban cuidando las personas que nos estaban cuidando.
Esa
sensación de que no les importa nada, ni cuando estábamos, ni cuando dejamos
de estar.
Estamos pidiendo que nos cuide la gente que esta generando dolores y también
crímenes. Se pone mucho el foco en una bengala, sería un vicio, un error, lo
que sea, pero obviamente eso tiene que ver con que no tenemos muchas opciones
hoy por hoy, al estar tan marginados de todo, ese era el lugar que teníamos de
expresarnos, como lo hacíamos en la cancha o en una movilización política, con
banderas, con movidas.
La negligencia
es del poder político y la sociedad que seguimos pidiéndoles más policía, más
seguridad, cuando sabemos que ellos son los criminales. Es lógico que tiene que
pasar, pero en este momento da una sensación de que hay una herida que esta abierta
y no se va
a cerrar. Hasta que punto les importan a los tipos o les va a importar dejar al
descubierto una relación enferma que existe entre la clase política y el
pueblo. Sabemos que no les importamos. Es muy triste ver que mucha gente no se
da cuenta de esa situación y dicen que la culpa la tiene el cantante.
De hecho a los políticos Cromagnon les ha servido
para cerrar espacios y voces
Ha servido
para criminalizar al rock, para marginarlo cada vez mas, dejarlo excluido. Si
bien el rock es una contracultura como pensamiento está cada vez más al margen
y hay una sociedad que avala eso. Yo he escuchado gente decir, que esta bien, que
de última eran unos negritos que pedían un peso pa la birra, que no servían para
nada. O ver a un
músico de rock popular muy importante diciendo: yo me quiero sacar de encima a
la villa. Es parte de lo mismo que es dividir, cuando el rock se supone que
rompe barreras sociales, generacionales, culturales, tiene una tendencia a
atravesar esas fronteras.
Ahí te
replanteas como se fortalece la corrupción de los aparatos políticos con
Cromagnon. Lo que decía el Cabra, que esto ha favorecido a los monopolios y a
la corrupción, esto ha favorecido que todo sea cada vez más oscuro y más jodido
y no creo que esté mejorando. Por eso es importante la lucha que tiene la UMI de que halla lugares dignos para
tocar, que si agarras una guitarra no es que agarras un arma, que se reconozca
el rock como parte de la cultura, que somos trabajadores.
En ese
sentido ha sido muy determinante todo esto, te pone dos opciones o haces las
cosas lo mejor que podes y empezás a hacer un examen existencial, ver lo que te
sirve y lo que no, o tenés el otro camino que es terminar en cualquier lado y
quedar consumido por tu propio oficio, tus propios berretines, debilidades.
A los
golpes estamos aprendiendo. De la peor manera, pero estamos aprendiendo. Como
decía el Indio: el rock siempre se ha desarrollado en lugares no muy propicios.
Ahora estamos haciendo las cosas lo mejor posible, lo otro fue una cuestión de
necesidad, no de negligencia. Haces las cosas como podes dentro de los recursos
que tenés. Hoy también hay un montón de limitaciones con habilitaciones y todo
un manejo que hay detrás del negocio del rock, pero las bandas nos tenemos que
poner a la altura de las circunstancias. Hay muchos que se quedan en el tiempo
y piensan que Cromagnon es algo que le paso a una sola banda.
Vos has mantenido un lazo con los Callejeros,
con el Pato Fonanet. ¿Cómo los ves?
Vi hace
poco a los chicos de CJS porque nos invitaron a hacer unos temas en Santa Fe, y
hace mucho que no nos veíamos y pude ver al dia de hoy con una mirada limpia.
Creo que Pato conserva esa inocencia que el tiene, y que digan lo digan eso
tiene que estar.
“Ser un
hombre sin dejar de ser un niño”, como decía el Che Guevara. Sigue siendo la
misma persona en esencia que yo conocí. Eso me deja con calma más allá que hay
todo un show que hay montado alrededor y hay que luchar por mantener esa
esencia.
Es enorme
el apoyo que tiene de la gente. Y más allá de eso, también reconozco que si
bien Omar no tiene seguidores y gente que esté con el, tampoco es un criminal,
lo mismo con Raúl. Como te decía hay otra cuestiones con Cromagnon que son
mucho más serias y que para mi no están resueltas y no nos animamos a encarar.
Cromagnon es una metáfora de lo que nos pasa como pueblo, nosotros sabemos quien
es el responsable pero siempre paga el pato el más perejil. Es como el “no te
metas”, salvando las distancias, resabios de ese miedo. Sabemos lo que está
pasando y sabemos que no está bien, pero
preferimos pensar que le pasa a Callejeros. Pero nos pasa a todos, esta bueno
establecer esa empatía con la gente. Nosotros en los shows siempre mencionamos
a muchas bandas, y cuando mencionamos a Callejeros se hace un silencio. Igual
los seguimos mencionando. La idea es que no volvamos a cometer los mismos
errores, tener una idea mas humanizada de las cosas. Pero hay gente que quiere
ver a alguien preso, no importa quien. Con todo respeto por los familiares, una
cosa es justicia y otra es tener una especie de revancha en algo que nunca te
va a alcanzar, porque ese dolor no se llena con nada. Pero podes compartir ese
dolor, porque nos paso a todos como sociedad. Hacernos cargo y ver las miserias
que esta dejando a la luz esta sociedad más allá que los pibes no vuelven. Esta
bueno que quizás esto también, de una manera espantosa, sirva para que un montón
de pibes estemos mas atentos a la realidad social y política que vivimos y como
son las acciones que emprendemos. Nos hace tomar conciencia a los golpes que
hay que hacerse cargo de una realidad más dura que la que imaginábamos. Como
perder la inocencia.
Yo veo eso
y para mi es una idea de que quizás pueda ser ingenua o romántica hoy por hoy,
pero prefiero muchas veces esa fantasía de poder cambiar las cosas que esta mentira
de acomodarte y decir: para que vas a cambiar si de última tampoco la vas a pasar
mal. Si sos músico y vivis de esto, que te vas a calentar en escribir una letra
si con un par de melodías pegadizas ya está. En el Champaquí había un dibujito
y con una frase en idioma indígena que decía: si yo soy feliz y mi hermano no
es feliz, entonces yo no soy feliz. Eso es algo que hace falta a nivel humanidad.
Esta bueno ir juntos.