Grabois vs Longobardi
Las ventajas económicas de participar de una organización social y comunitaria.
El difundido debate entre el dirigente de la CTEP Juan Grabois y el periodista Marcelo Longobardi es el puntapié inicial para comparar dos modelos de producción. El de las grandes empresas y el la economía popular y comunitaria. ¿Cómo debería jugar el estado en esto? ¿Qué papel nos toca a nosotros? Cómo medir la eficiencia de los modelos, su función de utilidad, su ganancia, no sólo monetaria, sino en su concepción más amplia de economía, tomando en cuenta las externalidades. Una reflexión por escritor y de yapa la columna de radio para La Luna Con Gatillo, el programa que conducen Mariano Pacheco y Carlos Bergliaffa.
AUDIO
Macroeconomía
de la grieta.
El difundido debate entre el dirigente de la CTEP Juan Grabois y el periodista Marcelo Longobardi es el puntapié inicial para comparar dos modelos de producción. El de las grandes empresas y el la economía popular y comunitaria. ¿Cómo debería jugar el estado en esto? ¿Qué papel nos toca a nosotros? Cómo medir la eficiencia de los modelos, su función de utilidad, su ganancia, no sólo monetaria, sino en su concepción más amplia de economía, tomando en cuenta las externalidades. Una reflexión por escritor y de yapa la columna de radio para La Luna Con Gatillo, el programa que conducen Mariano Pacheco y Carlos Bergliaffa.
AUDIO
Grabois
Vs Longobardi
Algunas reflexiones sobre la macro y la micro economía comunitaria.
El
chisme que agudizaba el conflicto entre dos visiones de país o mundo
circuló por las redes en formas de videos y noticias. La famosa
“grieta”. De un lado el periodista o sicario de los grandes
medios masivos de comunicación Marcelo Longobardi acusaba a Juan
Grabois (y en su figura a los movimientos sociales o “piqueteros”)
de “vivir” del estado, de “extorsionar” al estado. Certero,
Grabois le preguntó: ¿Acaso el medio para el que usted trabaja no
recibe una millonaria pauta oficial?¿No sería eso indicador que
usted también vive del estado?¿Cuando los medios a los que usted
pertenece presionan al gobierno para conseguir negocios como el
fútbol, acaso eso no es extorsión?
Declaremos
el empate de los dos lados de la grieta y asumamos que tanto los
movimientos sociales de los cuales Grabois es vocero, como las
empresas de las que Longobardi es vocero, reciben fondos del estado y
por tanto son pasibles de reclamarle al estado por su “pedazo”
(llamemosle extorsión o como sea). Cualquier análisis más o menos
serio de la cuestión seguramente demostraría que el pedazo de las
empresas es mas grande y se reparte entre menos personas. Y el de las
organizaciones sociales es mas chico y se reparte entre más
personas. Igual que la tierra, que los cargos en el estado, que los
cargos en las empresas multinacionales, que los recursos naturales en
general. Sabemos que si la economía es esa ciencia según la cuál
se administran recursos escasos para necesidades ilimitadas, tamos pa
la mierda. Cada vez menos recursos y mas necesidades. Un esquema pa
pocos, cada vez menos. ¿Como salimos de esta?
Estamos
mal. Eso es evidente. Hasta Al Gore y Leonardo Di Caprio se dieron
cuenta. ¿Por donde es el camino? Si vemos las políticas de empresas
y estados a fondo, nos damos cuenta que en su mayoría atentan con la
superviviencia humana y planetaria, que son mezquinas, innecesarias,
superfluas, genocidas, etc, etc, etc. Pero hasta me atrevería a
decir que son ineficientes. Otro estudio serio a encarar.
Por
hablar del sector de comunicación y citando nuevamente la polémica
Grabois-Longobardi.
Comparemos el trabajo que hace un compañero de
la Garganta Poderosa (parte de la CTEP) con un salario social de 4
mil o 5 mil pesos frente a las 40 o 50 lucas que gana Longobardi. Eso
sin contar que el compañero de la Garganta Poderosa tiene una
impresora que le anda pa la mierda, conexión horrible de internet,
poco acceso a fuentes oficiales, y además cada dos por tres tiene
que salir a defender un compañero en cana, o baleado por las fuerzas
de seguridad, que incluso él mismo corre ese riesgo. ¿Cuanto gana
por mes un funcionario del INTA?¿Y un campesino del MOCASE?, pero
sobre todo ¿Cuál es el verdadero aporte que hacen ambos a la
agricultura familiar, a la alimentación conciente de nuestros hijos,
a la salud de la pachamama, a la concientización de la humanidad y
tantas otras cuestiones? Más allá del capital social y comunitario,
si comparamos la asignación del recurso “dinero” y tantos otros
recursos válidos para la economía neoliberal (tecnología,
infaestructura, estudios universitarios, etc, etc) con el resultado
de las acciones emprendidas por empresas, estados y organizaciones
sociales, veremos que estas últimas son por lejos las más
eficientes. De manera que aun bajo un estricto criterio de
eficiencia, el estado debería darles más plata a los Grabois, y
menos a los Longobardis.
Si
hablamos de largo plazo, también, podremos ver que la erogación de
fondos estatales para organizaciones sociales y cooperativas
perfectamente podrían catalogarse como “inversión” o de
“economías en transcisión”, ya que una vez realizado el aporte
inicial, perfectamente las empresas sociales podrían
autogestionarse. Entre otras cosas gracias a que no cuentan con
intermediarios y en la mayoría de los casos no aspiran a ganancias
más altas que las que permitan una vida digna, el famosos “buen
vivir”. Eso siempre y cuando se puedan superar ciertas inequidades
del mercado. Como el hecho de que las cooperartivas textiles de las
organizaciones sociales difícilmente puedan competir con el trabajo
esclavo de las empresas de Juliana Awada (entre otras).
Todos
sabemos que la autogestión es complicada y no siempre resulta. Pero
vamos a los papeles ¿cuantas grandes empresas realmente han vivido
sin tener que recurrir al estado? ¿Podrían vivir sin él? ¿Macri
estaría donde está sin el estado? El cambio parece estar pa otro
lado.De hecho, como espiral, parece estar pal lado de nuestros ancestros, los pueblos originarios que resisten, que siempre han visto el trabajo comunitario, la economía popular, como una forma de vida más allá del estado.
Microeconomía
de la grieta.
La
disputa simbólica entre Grabois y Longobardi tambien me trajo a
cuentas algunas reflexiones personales. ¿Cómo puede ser que un
compañero de la Garganta Poderosa viva con 6 lucas al mes y a
Marcelo no le alcancen 50?
Es
los que los economistas llaman “externalidades” o también “costo
de oportunidad”. Aquello que hacemos sin saber. Aquello que tejemos
sin saber. La parte metafísica de la economía. Porque no todo es
dinero en la función de utilidad económica, y a veces aquellos que
incorporamos a nuestro trabajo valores sociales, culturales y de
preservación de la vida humana y natural, recibimos muchas
compensaciones sin saberlo. Compensaciones que valen “dinero”.
Pa
no hablar de prestado, voy a citar mi propio ejemplo, haciendo apenas
una sustitución intertemporal. Vamos a comparar el Tomás Astelarra
periodista autogestivo con el Tomás Astelarra periodista
profesional. Tapa y Tapp. Tapa gana 5 o 6 lucas por mes. Tapp (que no
es Longobardi, sino apenas un pinche redactor de Clarin) gana 12 o 15
lucas por mes. Tapa labura cuando quiere y se toma un descanso cuando
quiere, investiga los temas que le gustan, y está rodeado de amigos,
compañeros, en el trabajo. Incluso sus hijos estan rodeados de los
hijos de sus amigos, que pululan por la casa de la radio comunitaria
entre árboles y huertas, y hasta graban algún que otro comercial.
Tapp tiene un horario fijo, incluso horas extras, por suerte el
estaturo del periodista le permite tres semanas de vacaciones que se
las pasa disfrutando con sus hijos en Traslasierra (donde trabaja
Tapa). Sus jefe es un dolor de huevos, y aunque alguno se rescata, la
mayoria de sus compañeros son una manga de alcahuetes. Eso sin
hablar de los periodistas de los otros medios, con los que tiene que
competir por una primicia día a día. Tapa no. Tapa teje redes
comunitarias, comparte información con sus colegas de otras radios y
medios alternativos, genera reuniones con mateadas y asados.
Bueno,
ponele que la calidad del trabajo a nivel humano no salga dinero (que
Tapa no tenga más salud que Tapp, ni una mejor educación para sus
hijos, ni más amigos que lo banquen cuando tiene un problema). Vamos
a las condiciones de vida.
Vivienda:
Tapp paga 6 lucas de alquiler. Le quedan 6 o 9 lucas pa vivir y no
sueña con poder comprarse una casa con lo que puede ahorrar. Tendría
que trepar demasiado. Ser como Marcelo Longobardi. En cambio Tapa,
gracias a un amigo militante, consiguió un dato de un paisano que
vende terrenos baratos, entre otras cosas a gente que este dispuesta
a cuidar el monte nativo. No paga alquiler y de a poco va
construyendo su casa entre mingas, donaciones, alguen treque por
publi y compartiendo las herramientas con el resto de vecinos del
barrio.
Educación:
Tapp paga 1 luca de colegio privado pa su hija. Además de diversos
talleres, niñera ocasional y otros gastos, suma dos lucas (le quedan
4 o 7 lucas). Tapa en cambio manda a su hijo a la escuela publica. No
cree que la enseñanza sea solo en la escuela, ni que lo perjudiquen
los paros y hasta cree que es bueno que su hijo se relacione con
otros pibes diferentes, aunque alguno sea medio bardero. Su hijo
aprende mucho de sus amigos, los vecinos del barrio, las actividades
comunitarias, las asambleas y los talleres a la gorra. También de
los libros que Tapa vende en la Feria y le llegan al costo.
Salud:
Tapp se cansó de renegar con la obra social del sindicato y se anoto
en una prepaga (le quedan 3 o 6 lucas). Los remedios son carísimos
cada vez que él o su familia se enferma (le quedan 2 o 5 lucas).
Tapa hace años que no va al hospital o una clínica. Además de que
tiene un buen vivir, ha aprendido a usar hierbas naturales, tiene un
amigo que vende esencias y tinturas, se los deja a precio o trueque.
También ha logrado hacer trueque de libros por acupuntura, reiki,
tai chi, musicoterapia y hasta una dentista natural. Hasta una vez un taita colombiano lo invito a tomar ayahuasca gratis pa agradecerle las charlas que daba sobre la estrategia paramilitar contra los pueblos originarios de ese país. Es decir que
todo eso le sale al costo.
Esparcimiento:
A Tapp entre salidas con amigos, cine, parques de diversiones y otras
cuestiones se le van 2 lucas por mes (ya le quedan en el mejor de los
casos 3 lucas pa las vacaciones). Tapa se junta a comer en la casa de
los amigos, que producen cerveza casera o aloja, organiza festivales
musicales, va al cineclub del centro cultural donde está la radio, y
lleva a su pibe siempre a la Feria donde se junta con sus amigos.
Es
un pequeño ejemplo. Podría tener mil ramificaciones. No
necesariamente la comparación sería entre alguien que vive en el
campo y alguien que vive en la ciudad. Los compañeros de
cooperativas de barrios populares tienen acceso a vivienda, salud,
educación y actividades culturales que la gran masa asalariada
desconoce. Incluso tienen acceso a la justicia, como por ejemplo
puede demostrar casos como el de Dario Santillan y Maxi Kosteki, o
Jere, Mono y Paton en Rosario. ¿Cuantas madres de pibes de barrio
que no pertencen a organizaciones sociales querrían tener presos a
los asesinos de sus hijos? Podemos encontrar muchos ejemplos donde
ser parte de una organización social, una comunidad, nos da un
montón de beneficios que traducidos en dinero enseguida nos harán
caer en la realidad que nuestros sueldo, además de nuestra calidad
de vida, es mucho mejor que la de muchos empleados del gobierno o la
empresa privada.
Humberto
Eco decía que la estadística es esa maravillosa ciencia según la
cual si un hombre murió de hambre y otro empachado con un pollo, los
dos comieron medio pollo. En su libro “La
economía desenmascarada: del poder y la codicia a la compasión y el
bien común”, el economista chileno Manfred Max Neef explica la
conspiración del poder para hacer de la ciencia económica, no solo
la madre todas las ciencias, sino encima una ciencia exacta en vez de
social. No creo que haga falta mucha ciencia o millones de dólares
en asesores y consultoras para darse humanamente cuenta que cualquier
estado eficiente y coherente debería designar más dinero en Grabois
que en Longobardis. Que la única manera de solucionar este bendito
descalabro mundial es apostar y difundir ese camino. Sean con
artículos, peleas en las radios o cortes de rutas y asambleas.
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