Bolivia: Entrevistas para un proceso de cambio.
Algunas entrevistas a modo de adelanto de la investigación para el libro “La Bolivia de Evo
Morales (una crónica del país de las mamitas)” que se editará en la colección Cuadernos de Sudestada. Una cuantas hechas junto al kamarada del Movimiento Cajonardi, Matías "Pollo" Pujol.
“Guerreros como Chávez o Evo no hay muchos mas”
Gabriela Montaño tiene 38
años, es médica, milito en el MAS desde sus inicios y fue
representante presidencial de Evo Morales en Santa Cruz cuando las
papas ardían, pleno conflicto de la Media Luna, toma de
instituciones, amenazas... En recompensa, una vez superado el
conflicto, lideró la lista para senadores por la región y ahora fue
designada como presidente del Senado, donde lleva adelante una
incansable tarea que a veces, ante la ausencia de Morales y García
Linera también incluye hacerse cargo de la presidencia. En medio de su ajetreada
agenda nos recibe en la sala de presidencia del Senado, sin
demasiados protocolos, amable pero yendo al grano, vuela en el aire
cierta confianza, esa que se da en la charla “entre compañeros”.
¿Cuales son a tu
entender los mayores fortaleza y también las debilidades de este
proceso de cambio?
La mayor fortaleza
del proceso es que ha surgido muy desde abajo y que está construido
sobre la base de una gran alianza de organizaciones sociales. Estas
organizaciones además fueron capaces de construir una propuesta de
un nuevo modelo de estado a través de una nueva constitución, de un
estado plurinacional. Hay un líder, hay programa, y hay una gran
alianza de organizaciones sociales, son los tres elementos que
constituyen la gran fortaleza de este proceso.
¿Cuales son la
dificultades, más que la debilidades, que hay que ir sobrepasando
para continuar? El momento constituyente fue uno de esos momentos muy
especiales en la historia de un país donde se logra romper con los
sectorialismos, donde la alianza social logra plantear un horizonte
estratégico, como dice el vicepresidente Álvaro García Linera.
Pero los sectorialismos siguen existiendo y estas tensiones solo se
resuelven en la medida que es posible volver a mirar de manera
conjunta ese horizonte. Y después hay otra gran dificultad que es
que siguen existiendo en Bolivia sectores conservadores que no
aceptan estas transformaciones y por lo tantos siguen remando hacia
el pasado.
Después de un
fuerte crisis en el 2008, estos sectores parecen estar bastante
desarticulados.
La oposición en
Bolivia del 2006 hasta ahora ha jugado a dos escenarios. El escenario
de la confrontación violenta y el de la confrontación electoral,
democrática etc, Ahora nunca hay que creerse que el escenario de la
confrontación violenta ha sido desarmado por más que sea un momento
totalmente diferente al 2008. Yo creo que el respaldo social a este
proceso político fue tan grande que derrotó al menos por un tiempo
a la opción violenta. Pero hemos tenido muchos ejemplos en
Latinoamérica de antidemocracia, ya sea por la vía violenta como
sucedió en Honduras, o fue el intento en Venezuela, Bolivia, Ecuador
o por la vía institucional como fue en Paraguay.
Sin embargo no
fueron solamente los sectores mayoritarios que respaldan este proceso
de cambio los que contuvieron el intento de golpe de estado cívico
prefectural que se dio en Bolivia en el 2008. Más allá de estos
grupos que actuaron en ese momento, yo creo que la gran mayoría del
país, incluso los que no apoyan al presidente Evo Morales, tampoco
apoyaron una salida violenta. Hay una voluntad democrática muy
grande de la gente. Yo que soy senadora por Santa Cruz veo además un
factor muy importante, que fue la pérdida del miedo. Los grupos de
poder, las logias, construyeron un horizonte y se lo vendieron a la
gente, pero también acallaron muchas voces, demasiadas voces. Se
vendió una idea de desarrollo, crecimiento, pero con un techo
demasiado bajo para una enorme cantidad de clases medias urbanas, que
si no están dentro de ese aparato de esa logia, no pueden crecer,
desarrollarse, ser creativos, ir mas allá.
Por otro lado muchos
empresarios cruceños entendieron que con este gobierno también
pueden hacer negocios
Yo desconfío más
de esa posibilidad de que la otra. Efectivamente, el empresariado
boliviano no ha estado mejor hace mucho tiempo, tiene estabilidad
económica, tiene a su alcance mecanismos que le permiten seguir
creciendo, tienen un mercado interno que se esta desarrollando mucho,
generación de vertebraciones camineras. Hay solo dos sectores
empresarios que se ven perjudicados, aquellos que vivieron de
chuparle la sangre al estado, y aquellos que hicieron de su
dependencia de las transnacionales su única manera de vivir.
Obviamente que no necesariamente estás haciendo desaparecer estos
sectores. Pero tienen que optar por reinvertir.
Y por supuesto hay
algunos sectores que se resisten a la idea de que los sectores
populares sean quienes gobiernen este país, que un hombre que
proviene del sector campesino sea el presidente más exitoso de la
historia de este país, y no solo a nivel de retribución política,
sino que pueda sacar a su población de la pobreza darle mejor calida
de vida, generar un país que mínimamente entre en la
industrialización, que recupere sus recursos naturales, que no se
deje imponer por nadie desde afuera, que decida soberanamente sus
políticas, todo lo que la burguesía nacional no logró hacer en
toda nuestra vida democrática después de la dictadura. El
empresariado en estos últimos años abrió los ojos, ya que de
alguna manera fue estafado en el temor de perder lo que tenía en
este discurso típico que conocemos de cuantas generaciones, que
llegó el comunismo y te quedas sin casa. Se comieron el cuento y
pusieron plata y financiaron a la oposición. Este empresariado ha
tenido un cambio de actitud, pero en el fondo lo que le interesa es
hacer más negocios. Y lo están haciendo. Pero por supuesto confío
mucho más en la potencia de las grandes mayorías en este país.
Por otra parte el
gobierno de Evo Morales ha situado a Bolivia en el mundo y luego de
la muerte de Chavez es el gran referente de la izquierda sudamericana
a nivel internacional.
Por supuesto que es
un reto. Todas la miradas están puestas en lo que estamos haciendo.
Las buenas y las malas. Las malas se demuestran con hechos como lo
que sucedió con el avión del presidente en Europa. El imperialismo
tiene la capacidad de reconvertir a su favor (en contra de resto del
mundo) la denuncia de un ex agente como es Snowden en pretexto para
poder parar el avión de un presidente, como también pueden invadir
algún país o abrir un frente de guerra para vender más armas. En
realidad lo que les molesta es que Evo Morales es un presidente que
va por el mundo diciendo: Bolivia está mejor hoy porque recuperó
sus recursos naturales, porque está distribuyendo los recursos entre
todos, porque no les permite a las transnacionales la imposición de
sus políticas públicas, porque no le permite a otro gobierno
extranjero que le dicte que es lo que tiene que hacer o como. Lo que
le molesta en realidad al imperio y a los intereses transnacionales
en el fondo es eso. Porque eso es lo que puede darles la fortaleza a
los pueblos, a los gobiernos, para tomar decisiones en contra de
ellos. Este es el verdadero peligro para ellos, no Snowden.
Para esos intereses
somos un mal ejemplo que no puede cundir. Por supuesto que no
pretendemos ser el único ni el mejor, y tendremos muchas cosas que
corregir, pero Bolivia es un ejemplo vivo, como lo es Ecuador o
Venezuela. Uno puede venir a Bolivia y conocer el proceso y verlo en
marcha, no es un libro. Y Bolivia por eso está en primera plana.
Cuando decía que la mayor fortaleza de Bolivia es esa alianza de las
organizaciones sociales, eso es claro, es cotidiano, se lo puede
palpar ver, esta presente en la asamblea, en los organismos
ejecutivos, en la calles… Bolivia no es la de hace 6 años, es otra
Bolvia. Y ha pasado muy rápido. Y entonces para cualquier pueblo
digno la posibilidad de entrar en contacto con este ejemplo vivo es
algo muy potente.
En el caso del
liderazgo del presidente Evo Morales, nosotros somos respetuosos con
la idiosincrasia de cada país en nuestra región y de las fórmulas
de cada pueblo en su propio proceso histórico. Pero evidentemente
guerreros como Chávez o Evo no hay muchos mas. Esos guerreros se
llevan por delante la historia.
“Más vale no
quedarse en ese orgullo de haber planteado algo imposible”
Jorge Viaña es sociólogo,
investigador de los movimientos sociales en Bolivia, con un amplio
bagaje por zonas del altiplano y las tierras bajas, universidades de
ciudades intermedias, cursos de formación y un basta producción de
artículos y libros para entidades intelectuales. Desde hace dos años
trabaja en la creación del Centro de Estudios Sociales de la
Vicepresidencia de la Nación, donde se crearan grupos de estudios
acerca de la realidades que debe enfrentar el país frente a un
acelerado “proceso de cambio” que ha generado evidentes logros en
la redistribución de la riqueza y el acceso de la clases populares a
la infrastructura básica para un “buen vivir”, pero tambíen
carga con una serie de contradicciones en cuanto al modelo de
desarrollo y la adaptación de las particulares formas de ver la vida
de la población indígenocampesina ahora inserta en posiciones
claves de las instituciones del estado, la política y la economía
local.
¿Cómo es la actual
situación del proceso de cambio en Bolivia? Pareciera que hay
algunas contradicciones, o al menos externalidades. Y muchos
disconformes del propio bloque de gobierno.
Desde el 2009 que
desapareció la derecha organizada del escenario político, están
implosionando las contradicciones internas. Esto ha marcado
diferencia en el bloque de poder que se ha ido construyendo en los
últimos 30 años. Como en todo proceso complejo hay muchas
fracciones, que también hay que decir, muchas veces están
influenciadas por intereses mezquinos. Pero suponiendo el escenario
de buena fe del proceso, hay dos corrientes y en el medio 20 grises.
Una mucho mas pragmática que quiere recuperar excedentes,
distribuirlos y lo demás prácticamente no comprende o no le
importa. Esta corriente tiene un control fundamental de las
herramientas más importantes del proceso estatal. La otra corriente,
la del buen vivir, tiene cierta importancia discursiva, pero medio
que ya ha perdido la pulseada. Muchas veces se cae en una visión muy
estatalista o economisista y se descuidan otros aspectos.
Hay dos grandes
transformaciones de este proceso, una más estructural, de la
recuperación de excedentes y generación de nuevas dinámicas
económicas. En este sentido no creo que haya demasiados cambios más
allá del ingreso al estado de 6.000 millones de dólares en concepto
de hidrocarburos, que es una suma enorme para una economía como la
boliviana, sumado a una utilización de este excedente en la
redistribución social.
La otra más subjetiva es
como la gente esta viviendo este proceso. Por dar un ejemplo, hace
poco el ministro de Economía anunció que habíamos dejado de ser el
país más pobre de Sudamérica. Sea verdad o no, es un mensaje muy
fuerte. Por otro lado, hace diez años un niño del campo podía
aspirar a ser heladero, como mucho abogado. Hoy dice: “yo quiero
ser presidente”. Esto ha desatado toda una pujanza económica.
Tiene aspectos muy interesantes, lo que podemos llamar una especie de
modernización plebeya, pero hay una dificultad de poder ensamblar el
proceso estatal con las dinámicas económicas y sociales que siguen
siendo muy complejas, porque articulan redes de parentesco, lógicas
de contrabando, y una manera diferente en cuanto a la expansión de
negocios y la acumulación de capital
Hay muchos aspectos en los
que no se ha avanzado demasiado, pero si uno se posiciona desde un
punto de vista histórico, tampoco era posible avanzar mucho más.
Hay que valorar los avances, pero también tener una visión que no
esterilice las posibilidades de seguir posibilitando el proceso de
cambio.
Hay muchas críticas con
respecto al avance del extractivismo.
No hay debates serios. Por
ejemplo, acerca del acceso a la tecnología. No me vas a decir que no
podemos usar tecnología. Pero tampoco me vengas con que la
tecnología per se es buena, que es una herramienta como el martillo,
si eres socialista las usas bien y si eres capitalista la usas mal.
No es verdad. La tecnología incorpora un tipo de diseño, por
ejemplo, la cadena de montaje fordista, que no se puede montar en
ningún lugar del mundo sin reproducir dominación capitalista. La
tecnología incorpora un diseño de organización del mundo, de la
vida, del trabajo. Vos deja de joder con tu extractivismo pragmático
que se va a chingar todo para generar excedentes, y vos deja de joder
con tu fundamentalismo antiextractivista que nos anula toda
posibilidad de desarrollo. Hace falta tener el billete en el
bolsillo, pero no por eso dejar de lado las ideas básicas de
proceso. Si Brasil que es la octava economía del mundo ha
profundizado su extractivismo, ¿que quieren que haga Bolivia? La
división internacional del trabajo ha impuesto eso y por 40 años
estamos jodidos. No solo nosotros, también Argentina, Brasil y hasta
India que es un monstruo.
No vamos a salir de eso.
Ahora eso no tiene que ser pretexto para pasarte por el forro los
grandes problemas ambientales. Entonces discutiremos cual es el nivel
sensato de extractivismo.
En algún artículo tuyo
leímos también que la construcción de este nuevo estado benefactor
y con inserción en comunidades antes desplazadas también ha
generado una falta de incentivo en la autogestión o autogobierno.
Hay una tendencia al
autogobierno en los sectores indígenas muy interesante, eso se ha
ido combinado con el surgimiento del katarismo, los cocaleros,
indígenas de tierras bajas que en vez de seguir intentando torpedear
al estado se esta probando desencajar ciertas estructuras del estado
y ocuparlo. Una vez ahí muchas veces hace falta una reflexión
autocrítica para mantener ciertos niveles de autonomías, aunque
vinculada y negociando, participando con un gobierno afin, pero que
no respondan a los intereses de ciertos dirigentes sino de las
propias necesidades y demandas de indígenas campesinos y sectores
populares. Todo es muy lindo en los papeles, en la constitución, en
términos discursivos, o intelectuales, pero a muchos no les preocupa
la viavilidad de los procesos. Y así funciona la historia. La
revolución francesa no trajo igualdad, libertad, fraternidad, pero
por lo menos planteó eso. Bolivia tal vez juegue ese papel, pero mas
vale no quedarse en ese orgullo de haber planteado algo imposible.
“Lastimosamente las políticas
sociales en Bolivia han seguido el camino de las políticas de
seguridad democrática, como en México o Colombia”
Raquel Gutierrez es mexicana pero buena
parte de su militancia la hizo en Bolivia, veinte años en los que
formó parte del Ejército Guerrillero Tupak Katari (EGTK) junto a
Felipe Quispe y al actual presidente Alvaro García Linera, y el
grupo Comuna, donde se plasmó desde la intelectualidad el devenir de
los movimiento sociales en los años noventas. Su libro Los Ritmos
del Pachakuti es una de las mejores descripciones que se han hecho
del histórico proceso llevado a cabo en el país entre los años
2000 y 2005 y que permitió la asunción de Evo Morales. Actualmente
reside en México, en la Universidad Autónoma de Puebla, desde donde
dirige sus investigaciones sobre los movimientos sociales
latinoamericanos.
¿Cual es tu análisis del proceso de
cambio que vive Bolivia?
Juzgando no desde lo fáctico sino del
horizonte de los deseos más profundos que estaban en juego en el
2000-2005, es decir una voluntad reapropiadora de la riqueza material
y de recomponer los términos de participación en lo político, se
ha avanzado poco. Se ha mejorado la situación del indígena como
sujeto social y se ha infundida una especie de ánimo a esa
bolivianidad antes tan apachurradita. El boliviano antes no quería
ser boliviano, y ahora es respetado e incluso admirada en otras
partes del mundo. Por otra parte el gobierno de Evo Morales ha
coincidido con un momento interesante de aumento de precios de las
materias primas como ha ocurrido en la mayor parte de los gobiernos
progresistas de América Latina. Eso sumado a ciertas modificaciones
del uso de esos recursos. Pero lastimosamente las políticas sociales
en Bolivia han seguido el camino de las políticas de seguridad
democrática, como en México o Colombia, es decir, transferencias de
dinero como parche a las peores barbaridades que generan las
políticas neoliberales. El gobierno boliviano presume del bono
Juancito Pinto y otros, que pueden ser novedad para Bolivia, pero si
lo miramos en términos geopolíticos no es ninguna maravilla, porque
con eso cuentan todos los peores régimenes latinoamericanos. Esta
manera de hacer las transferencia de recursos a partir de monopolizar
la decisión estatal en términos de donante ya la conocemos en el
continente, es la relación blanda del capital, y abdica de la
aspiración de aquel pináculo de energía boliviana en el 2003 que
era la reapropiación de lo que me corresponde y ponerme de acuerdo
en la manera de gestionarlo.
Se vuelve a pensar únicamente en
términos de producción del capital, y abdicas de modificar visiones
generales de la reproducción de la vida, incluida la reproducción
del capital. Tomas simplemente el punto de visto de quienes solo
pueden vivir si hay un capital, es decir la burguesía y las clases
medias.
Hay un resignificamiento de lo
político, quien pretende mantenerse en el mando promete, pero no se
compromete a quedar sujeto al control desde abajo. No se compromete a
deliberar con los otros.
Muchos han observado que un estado no
es una estructura donde puedan aplicarse muchos criterios de
horizontalidad o rotación de cargos que existen en la organización
ancestral de las comunidades (el ayllu) o incluso algunos movimientos
sociales.
Claro que es cierto que no es lo mismo
manejar un gobierno que una comunidad o sindicato. Sin embargo la
cosa es si te vas a atrever a experimentar, aunque sea de manera
cautelosa, con el modo administrativo colonial liberal y capitalista
a través del cual se ha manejado el estado, o si te vas a quedar ahí
muy a gusto adecuándote a los términos heredados. Esa es la
pregunta, y es una disyuntiva política, ética y social. Eso es lo
que sienten muchos que entran al gobierno y después se empiezan a
sentir acosados.
Hay alguna deserciones del gobierno no
desde las clases medias intelectuales o ligadas al ecologismo sino
también algunos movimientos indígenas como la Confederación
Indígena del Oriente Boliviano (Cidob) o el Consejo Nacional de
Ayllus y Markas (Conamaq)
En Bolivia se esta segmentando el
asunto campesino del asunto indígena. Se esta rompiendo el asunto de
que tierra y territorio es una unidad y que la cuestión principal es
acerca del uso común del territorio. Eso se negoció con la derecha
para aprobar la constitución enmendada que rige ahora en Bolivia
después de la masacre del Porvenir, después de las grandes
movilizaciones en defensa del gobierno. El problema campesino empieza
a ser un problema de producción agraria.
Por otro lado el tema indígena lo
empiezas a llevar hacia los derechos culturales. El conflicto del
Tipnis* es la síntesis de esa tensión, de cómo se fractura el
horizonte comunitario popular habilitando ahora dos claves
interpretativas que pueden ser manipuladas para su confrontación.
Por un lado, el indígena como atrasado, conservacionista, que además
se alía con los peores reaccionarios blancos de las ongs. Y por el
otro lado los campesinos que quieren implementar pequeños o grandes
procesos de acumulación aliados al capital brasileño en una
carretera donde las mercancías circulen rápido.
Estos planes contradicen el discurso
internacional sobre la Madre Tierra y el Buen Vivir, por ejemplo.
Fuera de Bolivia, donde el no tiene que
gobernar, Evo Morales puede esgrimir argumentos sociales que
enriquecen su significado simbólico en todo el continente, sin
embargo internamente se ha tenido que restringir cada vez mas por un
tipo de mando que contradice lo comunitario. El Evo es una anomalía
política, un luchador social, una persona que es de origen indígena,
que conoce, y su forma humilde de estar en el mundo está engendrada
por un matriz indígena, de producción de prácticas que descolocan
las cosas. Pero desde afuera solo se ven los rasgos amables del
proceso.
Yo ahorita estoy muy atento a la lucha
colombiana, por eso tengo en la punta de la lengua lo de la Seguridad
Democrática. Lo que me extraña mucho es que encuentro algo así
como el ordenamiento de este argumento en la voz nuestro aliados, de
los gobiernos progresistas. Cada lugar tiene sus variantes, pero la
estructura del discurso es la misma, se trata de volver a restituir
la posibilidad de planes decididos sin la contribución de la
sociedad. Después, dependiendo de la situación puedes crear la
variante para ejecutarlo: paramilitarizando, haciendo guardias
blancas o una gendarmería nueva, pero hay que ir siguiendo las
diferentes maneras en que se trata de arrinconar la posibilidad de
intervención política desde abajo, sobre todo en una sociedad que
tiene tanta estructura organizativa e independiente como Bolivia.
*El proyecto del gobierno de Evo
Morales de construir una carretera que atraviese el Territorio
Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure (TIPNIS) es una de las
principales razones de conflicto con la CIDOB y el Conamaq, y uno de
los puntos de visagra del apoyo de ciertos intelectuales, sobre todo
después de la represión a la VIII Marcha Indígena en favor del
TIPNIS.
“El TIPNIS marca
el desenmascaramiento del discurso ecologista proindigenista
pachamamico como una puesta en escena”.
Silvia Rivero es
antropóloga, fundadora del Taller de Historia Oral Andina (THOA) y
una de las intelectuales bolivianas que más ha profundizada en la
cultural indígena y sus relación con la modernidad. Porta constante
sombrero de ala ancha y unos labios verdosos producto de sus
incansable pichar de coca. Actualmente, a punto de jubilarse, ha
comenzado un proyecto comunitario urbano en la zona del Alto
Tembladerani llamado Comuna 2, donde la huerta y la construcción
natural se mezclan con talleres de pensamiento y debates políticos.
¿Cómo ves el actual
proceso de Bolivia?
La marcha del Tipnis (en
contra del proyecto del gobierno de construir una carretera que
atreviese el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure)
fue el detonante. Se rompió el Pacto de Unidad (de las diferentes
organizaciones populares a favor del gobierno), se divorciaron el ala
campesina e indígena, porque, más allá de ser diferentes regiones,
son diferentes modos de organización. En la misma region existen
sindicatos y Conamaq (Consejo Nacional de Ayllus y Markas). Hay
disputa. El Conamaq representa una fuerza social basada en la
diferencia política económica cultural de las comunidades indígenas
y supone tambien una reconstrucción desde lo territorial, recuperar
linderos antiguos, agregar y unificar comunidades que han sido
fragmentadas.
Sin embargo, el gobierno
tiene en sus manos el mecanismo para subordinar estas disidencias,
porque de algún modo financia sectores del Conamaq, que en algunas
regiones lo respaldan. Hay intentos clarísimos de dividir a las
organizaciones indigenas. Ya han divididio a la Cidob (Confederación
Indígena del Oriente Boliviano) y han intentado un toma violenta del
sede del la Conamaq. Es bien complejo el panorama, pero el TIPNIS es
la linea divisoria que marca el desenmascaramiento del discurso
ecologista proindigenista pachamamico como una puesta en escena. Ahí
se abrió directamente y se clarificó un proyecto desarrollista,
estatista, muy a tono con la propuesta de la vieja izquierda,
centralizar el estado.Y se están decantando una serie de cosas que
antes funcionaban como una unidad porque había una plataforma común
contra el neoliberalismo, pero una vez que se aclaran las cosas ya
entran las contradicciones, porque hay una ambición muy grande de
hacerse de las tierra de los parques nacionales. No es solo el
TIPNIS, casi todos los parques nacionales están amenazados.
Esto tiene que ver mucho
con la lealtad política a los cocaleros del Chapare. Nadie los toca,
y se sabe que le 90% de la producción va a las posas de maduracion.
En la época de la octava marcha se encontraron 80 fosas de
maduración solo en el Conisur (organización de cocaleros en el
TIPNIS). Y hay una fuerte alianza de estos cocaleros con los
militares. Esto se ve desde el principio del gobierno de Evo Morales,
en la negativa de desclasificar los archivos de la dictadura, el
hecho de que detentan la fabricación de ácido sulfúrico y que
están metidos en el narcotráfico. Hay impunidad total. En estos
meses 20 conscriptos han muertos haciendo el servicio militar,
sometidos a vejámenes y violaciones. Tienen el discurso de sentar
soberania sobre los parques nacionales, incluso llegaron a decir que
habia que nacionalizar los parques porque ahí estaban metidas ong
ecologistas y que lo que habia que hacer era meter al ejército y
hacer proyectos de desarrollo ¿Qué quiere decir desarrollo en el
bosque? Tumbar árboles, plantar caña, etc. Hay una serie de
elementos que muestran que es una versión renovada del desarrollismo
y del capitalismo de estado bajo un liderazgo carismatico,
caudillista, personalista.
También hay un avance
cultural hacia lo occidental, el consumo, las exportaciones, la
tecnología...
Claro, hay más plata, ha
habido un efecto neto de la llamada nacionalización, que no es tal,
de los hidrocarburos. Es simplemente renegociar el porcentaje de los
impuestos y las regalias que de todas maneras, sumado al alza de los
precios internacionales, le ha dado una capacidad redistributiva
nunca antes vista. Aparte hay una exuberante expansión de formas
ilegales de economía desde contrabando a elaboración de pasta base
de cocaína. No ha cambiado el modelo de desarrollo, pero si ha
habido unas políticas que favorecieron a crear una mentalidad
rentista, de pedir al estado y recibir bonos. En todos los municipios
se han hecho construcciones con una arquitectura medio neoinca o
tiwanacota, puro maquillaje. Se hacen sedes municipales y grandes
edificios, plazas y estadios, pero no se mejoran los sistemas de
riego, por ejemplo. O sea que no hay ninguna reactivacion productiva,
no hay una política clara de apoyo a la población agropecuaria.
Por otra parte existe un
empresariado indigena muy fuerte, digamos de origen indígena, pero
que nada tiene que ver con actividades en las comunidades, ni en el
campo, ni nada. Son empresarios textiles, empresarios del transporte,
empresarios del contrabando, de la coca y de la cocaína. Hay una
democratizacion de la corrupción, entonces existe una elite de base
ancha que ademas tiene conductas culturales e incluso económicas
bien distintas al empresariado capitalista. Por ejemplo hacen fiestas
culturales invirtiendo muchísimo en el consumo para sus rituales y
redistribuyen sus ganancias, tienen redes de clientela amplia.
Evidentemente ahí ya no se es indio, sino es participar en una
economia que tiene ciertos elementos de lo indio, como son la
ritualidad, la celebración, la borrachera, pero desde una lógica
urbana, individualista. Ese aspecto psicológico tiene que ver con el
orgullo de ser indio, por el hecho de que el Evo este en el poder,
que de algun modo estimula el resurgimiento de la autoconfianza, de
saber que ser indio no es sinónimo de atraso, por el contrario,
existe un empresariado aymara que son capísimos en el armado de
computadoras y manejan tecnología de punta. Tambien existe una
capacidad de autoexplotacion, una remision de las lógicas de los
talleres textiles de Buenos Aires. Aquí mucha gente va a los
talleres a hacerse explotar para aprender como explotar y vuelve para
abrir un taller y tratar a la gente igual o peor que los trataron a
ellos. Por esto no hay que idealizar al indígena. Lo indígena puede
servir como inspiración para crear modelos alternativos de sociedad
a un nivel mucho mas global por el tema de la crisis ecológica, pero
el indígena realmente existente ya esta totalmente colonizado y
aculturado.
¿Hay grupos que no?
Existen tales grupos, pero
no tienen presencia politica. Hay restos del katarismo, del
indianismo, y nuevos grupos anarquistas jóvenes, que han apoyado la
marcha del TIPNIS, movimientos feministas, ecologistas, que de algun
modo hacen de puente entre esos grupos más radicales en cuanto a la
vision de lo indio y el conjunto de la sociedad.
Por otra parte hay
iniciativas sociales productivas de la gente como café o coca
organica. Ahí el apoyo estatal pudo haber sido mas inteligente para
que la economía no sea la gran empresa, pero hay una visión
estalinista del desarrollo a la fuerza. La izquierda no entiende a
los indígenas, lo ven simplemente como un ornamento cultural, una
especie de puesta en escena culturalista. No es reconocer una
episteme??? diferente, un tipo de relacion con el otro, con el
ambiente.
“Hay que seguir defendiendo. No vamos
a bajar los brazos porque hay un gobierno amigo.”
Tanto el gobierno de Evo Morales como
el de Rafael Correa que mantienen un discurso de protección de la
madre tierra han comenzado a estar involucrados en proyectos
extractivistas que se justifican con la posibilidad de usar estos
recursos para mejorar la situación social en sus países. ¿Cómo
ves esta contradicción?
El extractivismo es parte del modelo
financiero y se expresa en muchos aspectos: soja, minería a cielo
abierto. Es parte de un modelo de acumulacion financiera que
beneficia la caja fiscal de los gobiernos de izquierda o derecha,
pero genera una fuerte polarizacion social. Un pequeño sector
adquiere gran dinamismo y otro sector más amplio se enfrentan a
dificultades mayores. Además el tipo de empleo es para la mayor
parte de la población precario. Este modelo funciona mientras los
precios de la commodities sean elevados. Pero ya sabemos que es un
modelo que hace agua.
Pero una cosa es la crítica y otra es
como salimos de este modelo. No hay una receta, un mecanismo claro.
Pero es importante que si no podemos salir del modelo, al menos no
digamos que esto es lo bueno. Bolivia siempre fue un país minero,
antes era una minería de socavón ahora una minería a cielo
abierto. Esto hace muy dificil que los bolivianos puedan tener
conciencia de muchos problemas. El gobierno de Evo Morales se ha
planteado los limites que tienen las multinacionales pero, por
ejemplo, han hecho enormes esfuerzos para la industrialización del
litio, pero el saber del litio lo tienen ciertas mulinacionales,
sobre todo japonesas, hay un cuello de botella dificil de superar.
Por otro lado han hecho algunos avances en la industrializacion del
gas, petroquímica, cerca de Brasil. Es un proceso bien interesante e
imporante. Hasta ahora Bolivia exportaba el gas en bruto y ahora
tiene la posibilidad de empezar a exportar el gas procesado. Por otro
lado las petroquímicas brindan una cantidad de productos como
abonos. Hay una apuesta interesante. Pero todo esto es dificil, como
pasa en Argentina, porque al vos no tener una petrolera nacional,
estás en una relacion de dependencia con las multinacionales, que lo
que menos le interesa es que se rompa esa relacion de dependencia.
Por otra parte surgen nuevas elites
empresarias locales que a veces pueden ser tan explotadoras como las
multinacionales.
En cualquier régimen, incluso en un
régimen revolucionario, que no es el caso, surge un reacomodo en la
clase dominante, que no es el grueso del pueblo boliviano. En Bolivia
tenemos la tradicional burguesía de Santa Cruz, agroganadera. Ahora
hay otros sectores, que no digo burguesía, pero tienen
comportamientos corporativos, como se evidencia en el TIPNIS. Tienen
dinero y apuestan a ser contratistas del gobierno, son una presión
sobre el gobierno. Hoy en América Latina tenemos dos peleas: una
pelea antiimperialsita, como Brasil, Venezuela o Bolivia, que buscan
crear la Unasur y generar un polo autónomo de los países del Norte,
con alianzas de todo tipo, incluso países complicados como Irán. El
segundo es el conflicto de clases. No siempre marchan de la mano. Si
Brasil toma medidas como el control de internet, yo aplaudo, pero eso
no tiene nada que ver con la lucha de clases. Brasil busca la
soberanía energética y construye empresas que están afectando a
sectores populares. La situación actual es lo suficientemente
compleja para que no se manifieste un aplauso o condena cerrada.
Argentina a través de YPF está a favor del fracking, yo estoy
totalmente en contra, pero entiendo que es la única respuesta
posible ante el problema de la vulnerabilidad en el tema energético,
que el gobierno argentino me diga no tengo mas remedio.
Estos problemas también esta ligado al
consumo. En Bolivia se ve un aumento bastante importante del consumo.
El consumo ha crecido en todos los
países, no solo en Bolivia, se ha multiplicado de una manera
escandalosa. La gente quiere consumir. Yo no soy consumista, no tengo
auto, pero no puedo pedirle a todo el mundo que viva como vivo yo. El
consumismo no es culpa de los gobiernos o del imperio, es mucho más
complejo, porque el consumismo impacta o se vincula a deseos muy
profundos del género humano. Aunque yo no lo haga, no soy quien para
criticar, porque tendría que pelearme con mi hermano, mi hijo...
Estas cosas hay que encararlas con mucha calma, porque es una custión
cultural, no puedo prohibirle a nadie el consumo.
Y cual es la función de los
movimientos sociales en este proceso
Los movimientos sociales tienen un
sentido de defensa de los intereses populares y la movivilización
para defenderlos. Algunos se pueden soprender que lo movimientos
sociales de Bolivia tengan críticas al gobierno. Eso es lo normal,
porque en un gobierno, porque sea de izquierda, no deja de haber
lucha de clases, los gobiernos hacen su juego y los movimientos
sociales también. El gobierno quiere dividir a la Conamaq pa tener
más poder. Es parte de una disputa en la cual participan dos partes,
el gobierno y los movimientos sociales. No hay que olvidar que la
lucha de clases no se terminó porque este Evo en el gobierno. Es
necesario que siga habiendo está tensión, esta disputa, que no se
den como que están resueltas la cuestiones. Los gobiernos no aceptan
la independencia, ni la autonomía de los movimientos, porque lo que
desearían es que todos apoyaran a los gobiernos, y eso no es así.
Claro que Evo se calienta. Es necesario ver esta doble dinámica: la
de clase y la antiimperialista. En el gobierno del Evo no todos los
interes de de los trabajadores están manifestados. Hay que seguir
defendiendo. No vamos a bajar los brazos porque hay un gobierno
amigo. Si hoy aflojáramos en el conflicto de clases, mañana, cuando
hay otro gobierno, tenemos los movimientos sociales totalmente
desarmados. La lucha de clase no la encabeza Álvaro García, la
encabezan lo sectores populares.
“Visto desde los
resultados, no veo porque alguien puede ponerse en contra de este
gobierno”
Fernando Mayorga es
sociólogo, director del Centro de Estudios Superiores Universitarios
(CESU) de la Universidad San Simón de Cochabamba. Es ese tipo de
intelectuales a los los neoliberales llaman marxista y los marxistas
neoliberal. Ha militado en política en el Chapare a principios de
los ochentas junto a Filemón Escobar, sindicado como algo asi como
el tutor intelectual de Evo Morales. Luego prefirió dedicarse al
estudio académico, rechazando varias veces puestos en sucesivos
gobiernos. Se declara como un gran admirador del actual presidente de
Bolivia y su proceso de cambio.
Pareciera que muchos
intelectuales han comenzado a disentir acerca del rumbo del gobierno
de Evo Morales y sobre todo de su figura..
Yo al Evo lo admiro
muchísimo, creo que ha permitido que esto no acabe en el desastre
total, un enfrentamiento generalizado. Es un lider con mucho talento,
que siempre tiene una actitud de de avanzar hacia el centro en los
momentos oportunos. Tiene una vision nacional. Como cuando hizo
coincidir el reclamo de las autonomias departamentales con el de las
autonomias indígenas, que eran cuestiones enfrentadas. Evo dice:
tienen que convivir los dos. Tiene una maravillosa frase cuando una
entrevista dijo: “Originarios somos todos, solo que algunos
originarios somos de muchos años y otros son contemporáneos”. Es
una identidad incluyente. Cuando viene el chantaje de la oposición
que controlaba el senado para convocar el referendum para aprobar el
texto constitucional, los sectores radicales del Pacto de Unidad
(organizaciones sociales que apoyan al gobierno) hicieron una marcha
para cercar el Congreso para que se aprobara la Constitución sin
modificaciones. Y Evo Morales, presidente de Bolivia, se pone a la
cabeza de la marcha. Una cosa que es muy grave desde la formalidad
democrática. Pero era la única manera de encauzar la solución
institucional. Se quedó dos noches en la plaza Murillo acampando con
las organizaciones. Y ha habido un momento en que los mineros y otros
querían tomar el Congreso y el Evo les decía que no. Y por otra
parte llamaba al Congreso por celular para decir: cedan, cedan, que
sino la cosa se pone grave. Lo que él hizo fue controlar el cerco.
Así hay varios ejemplos de momentos en que el Evo ha sabido moverse
en el límite y salir adelante.
De esta manera también,
tejiendo alianzas con diferentes sectores es que ha logrado un poder
casi absoluto.
Acá dicen que el MAS
tiene todo el poder, pero no es así. En Bolivia no puedes tener todo
el poder, y aunque tengas todo el poder formal, no sirve si no haces
las cosas en consonancia con la gente. Evo se da cuenta de los
límites, retrocede y modifica, aprende del asunto. Como en el
gasolinazo. Dice: no vamos a sacar del bolsillo de la gente la
subvención de la gasolina, pero si no tenemos para inversiones,
tenemos que dar más ventajas a las empreas extranjeras. Ganamos
menos que con el gas, pero vamos a resolver a mediano plazo el tema
de la subvención de hidrocarburos. Entonces hace un politica
heterodoxa y muchos lo acusan de seguir políticas neoliberales. Y en
cierta forma es así, pero no es en todo, es una estrategia mixta. Es
una mirada mas pragmática. Igual que Chavez que le vende gasolina a
Estados Unidos. Solo que como dice el Evo, no queremos patrones,
queremos socios.
En el Tipnis, después de
todo lo que pasa, represión de por medio, termina cediendo a la
primera consigna que es la consulta previa. Y lo indígenas dicen que
no quieren. Entonces el Evo otra vez avanza y declara la
intangibilidad. Tenía veinte mil argumentos para justificar la
carretera.
También de esa
experiencia se da cuenta que no podemos quedarnos en este formato de
consulta todo el tiempo con los movimientos sociales. Entonces abre
un esquema de cumbre social, y empieza a reconocer demandas un poco
más variadas, de otros sectores, y en agosto del año pasado dice
que hay que hacer una agenda de desarrollo distinta, lo que es hoy la
Agenda Patriótica. Con una mirada más programática, con metas:
cero extrema pobreza, acceso univeral a servicios básicos y
soberanía alimentaria, etc.. Algunas son retóricas o difícilmente
cuantificables, o requieren mucho tiempo, como la soberanía
tecnológíca. En Bolivia para ser como los coreanos hay que esperar
50 años seguramente. Evo dice Agenda Patriótica 2025, año del
bicentenario, vamos a ponernos metas cuantificables, vamos a resolver
estas cuestiones en doce años, cumbre social con sectores sociales,
incluyendo campesinos, empresarios, estudiantes, obreros fabriles,
que fueron a plantear sus demandas. Antes eran solo los aliados del
MAS. Esto es un poco más abierto, invita mucha gente de la
oposición, hasta los prefectos opositores. Tiene que ver con su
estilo de gestion, está todo el día viajando, en contacto con la
gente, vuelve a lo que son tareas básicas del desarrollo de un
estado nacional. Plantear eso en Bolivia es insólito.
Muchos sectores
intelectuales y algunos movimientos sociales plantean que en este
camino se está quedando atrás la visión de la Pachamama y el Buen
Vivir.
Yo he discutido contra los
antimasistas de que el Evo es la mejor expresión de lo indígena sin
negar lo nacional, lo mestizo... El Evo es una mezcla de elementos
pero siempre saliéndose de esa dicotomias, ve debajo de las
circunstancias, cuando Evo dice metas cuantificables, muchos dicen:
¿tanto camino recorrido para acabar en la metas del PNUD?. Y en el
fondo está asegurando la continuidad de este proyecto. Cuando Evo
dice en los pueblitos perdidos que van a tener electricidad y agua
potable a nosotros nos parece medio banal, un pragmatismo para ganar
las elecciones.
Hay un romanticismo del
sujeto de la revolución y muchos intelectuales que actúan como
vanguardia diciendo: están equivocados. Pero esa vision que en
Bolivia los campesinos son la salvación de la humanidad, no es tan
así ¿ Y por qué tenían que serlo? No es una postura
anticapitalista ni por si acaso, más bien una búsqueda de mayores
oportunidades a través del mercado. No hay más mercantilista que un
aymara, el tema es como puedes pensar en una lógica de generación
de empleo, productividad y demás que ya no esté en esa mirada
meramente consumista.
Hay que estudiar el
proceso en este sentido. Yo no voy a decir acá no pasa nada, al
contrario: acá pasan cosas increíbles. Pero al mismo tiempo no se
puede hacer todo en esta sociedad. No estamos alegrando que ahora las
cholas pueden ser diputadas. Más bien nos debería dar vergüenza
que recien se haga, es un escándalo.
El tema es ver que puede
servir de esta experiencia para que mejore. No entiendo porque se
pueden poner en contra de esto. Visto desde los resultados, no veo
porque alguien puede ponerse en contra de este gobierno. Aunque sea
desde una visión solo economicista y pragmática y de permanencia en
el poder, aunque sea una traición en los principios, viendo los
resultados uno no puede estar en contra.. Y supongamos que digamos:
es un desastre que se valla, ¿quién va gobernar este país? Poneme
enfrente una elite que tenga mas virtudes que esta. Va a tener los
mismos defectos y ninguna de sus virtudes.
“Estamos viviendo
una borrachera de poder”
Santos Callejas es parte
de la radio Wayna Tambo, un proyecto comunitario que nació en El
Alto y se ha transformado en uno de los referentes de Bolivia,
organizando el año pasado el 1er Congreso de Cultura Viva
Comunitaria de Latinoamerica. Talleres, conciertos, conferencias e
todo tipo de interacciones con la pujante ciudad periférica de La
Paz, anfitriona de inmigrantes de las minas y el campo, cuna de la
Guerra del Gas, lo más parecido a un hormiguero urbano donde los
aymaras han sabido implantar sus modos de organización comunitaria,
sus costumbres, que sin quedar rígidas, se adaptan a los nuevos
tiempos y espacios.
¿Cómo ves el avance de
la modernidad en Bolivia? Pareciera que hay ciertas costumbres que se
están perdiendo, cierto avance del consumo.
Hay reformas que se han
hecho bajo un concepto de modernidad como el mercado Lanza con un
gastadero de plata, donde se ha metido a la gente en cubículos, no
hay relacion con las vendedores, algo que es una tradición muy
importante en Bolivia y por eso no ha funcionado. Entonces el
problema es como incluir en el desarrollo que se está gestando las
formas tradicionales de comercio, de economía, cultura. Yo creo que
estamos viendo una suerte de borrachera del poder. Claro que cuando
se tiene plata hay que contruir infraestructura, carreteras,
estadios... Esta línea moderna está ganando, porque la propia gente
tenemos ese chip. Esa es una contradición interna, no solo del
estado. Este es un tema pendiente de debate a largo plazo. Cuando
dices: ganamos la batalla, ahora viene con todo la pachamama, ya te
das cuenta que hay un enemigo interno. Es una tarea, un camino largo,
que hay que hacer con nosotros mismos. Y el estado está dispuesto.
Hace poco nos reunimos con la alcaldía de El Alto para hacer una
propuesta diferente y frenar la construcción del nuevo mercado de
Santa Rosa, y tuvo bastante aceptación. Estamos trabajando el tema
de ecomomía y consumo. En El Alto con fuerza vas a ver que ya se
puede tomar pitos naturales, mates de muchas frutas, de quinua, todos
matecitos naturales, a pequeña escala, producción natural. Si mirás
hace algunos años era solo té, nescafé, nada más. En el pasado
las señoras que emigaron del Norte Potosí vendían en canastitas
porotos, hoy esas señoras venden galletas, chocolates, y no es
porque son empleadas de la empresa, sino porque la gente no le compra
porotos y les compra eso. Pero por suerte estan estas otras señoras
que venden pitos y ya tienen carritos. Si en vez de botarlas de la
calle le doy mejores condiciones, voy a favorecer el buen vivir.
Porque en paralelo acá en El Alto se están construyendo plazas de
comida (shopings). El vivir bien son esas cosas chiquititas, hay que
fortalecerlas como política municipal.
Nos paece importante
trabajar este tipo de cosas por mas pequeñas que sean, como el
espacio publico, las rejas en las plazas que están comenzando a
aparecer. Lo hacemos por temas de seguridad, pero la verdadera
seguridad no es mayores sanciones penales sino la ocupación del
espacio con la gente, eso genera seguridad. Otra vez la cosa de la
individualidad, entonces hay que pensar como trabajar el tema
comunitario en las ciudades. Ya hay elementos, entonces como
potenciar esto. Como regular las ferias de manera que sigan
existiendo pero sin impedir el tráfico, como hacer que no surja esa
pelea, que se mantengan las ferias que es algo tradicioinal, pero
puedan ser uno o dos días a la semana como es la feria de la 16 de
julio (la más grande de El Alto y Bolivia).
El estado no está
terminando de asumir y respaldar estas iniciativas, hay respuestas
aisladas y nada claras. Imagináte si estas cosas que estás
planteando se transforman en políticas públicas. De todas maneras
somos pocas las organizaciones que reclaman este espacio. El gobierno
no esta proponiendo esto por iniciativa propia pero están dispuestos
a abrir el espacio, lo que pasa es que estan faltando propuestas de
esta naturaleza. Se hace lo que ya se conoce. Si uno mira desde el
espacio de la politicas municipales uno no encuentra diferencias
entre propuestas de partidos de derecha e izquierda, todas estan en
esta línea de modernizacion.
Pareciera que tras la
efervesencia de los movimientos sociales en el 2000-2003 ahora con la
aparición de un estado benefactor la gente se ha vuelto a sus casas
y ha dejado de participar.
En el 2003 se dio una
especie de horizontalidad en los movimientos sociales. Pero cuando se
asume el poder se ve la estructura sindical como una especie de
escalera para llegar al poder, y desde arriba también hay una
especie de coptación de los dirigentes. La gente sabe que accediendo
a estos lugares tiene un lugar privilegiado. En algunos momentos
estas representaciones no estarían sumando el sentir del pueblo, en
algunas acaso si, pero en general hay un respaldo fuerte al
presidente Evo Morales.
El estado no trabajaba con
sujetos sino con objetos, no consultaba, deciden todo desde arriba. A
partir del 2003 se empieza a demandar: la constitución, la
nacionalización, como sujetos, pero sucede que cuando se plantean
estas propiuesta el estado las asume y las empieza a aplicar, pero ya
no lo hace con coparticipación, con corresponsabilidad, y otra vez,
a pesar de sus protestas, la gente vuelve a ser un objeto, se vuelve
a la distancia. Nostros hemos estado luchando porque nos parece
interesante que hay que romper este esquema de esperar a que el
estado resuelva los problemas. En estos últimos años ha habido una
mayor participación de algunas organizaciones indígenas en el
gobierno, pero no de la gente directamente. Hay una mirada muy corta
de la gestion del gobierno, de la oposición, y se esta perdiendo el
sentido que nos habíamos planteado.
¿Cuál sería este
sentido?
Habia dos temas centrales
que tienen que ver con la opresión cultural y de la desigualdad
económica. Este ha sido durante todo este tiempo un enunciado
interesante de este gobierno que se llamó como una revolución
cultural, que tiene que ver con un cambio de horizonte, y no tiene
que ver con la mirada corta de la cultura, sino con una cosmovisión,
lo que está juego es el proyecto moderno capitalista, y por eso se
incribe el vivir bien en este horizonte que va mas allá de esta
crisis. El otro tema tiene que ver con la desigualdad económica, la
brecha que se han generado entre pobres y ricos. Este proceso ha
posibilitado efectivamente que se cierre esta brecha. Pero hay un
tema pendiente que es del horizonte hacia donde queremos ir. Yo
siento que cada vez más el horizonte del vivir bien está quedando
en consigna, porque este tema económico permite la continuidad del
gobierno. No se si llamarla una pérdida de brújula, y no tiene que
ver con un tema local, sino con la economía mundial, que está
requiriendo materias primas, y la Argentina y Brasil han perdido su
papel de países productores en países proveedores de materias
primas. Entonces no se esta buscando una alternativa, otro lógica de
pensar la economía. Por eso creo que hay que trabajar sobre nosotros
mismos. Yo creo que por ambos lados, de parte del gobierno y de las
organizaciones indígenas, ha habido un gave error, se ha decidido
construir reformas económicas de inversión.
Pero muchas de estas
decisiones van contra este discurso de las madre tierra, no se está
siendo consecuente. Y la gente que se ha quejado de esto, se han
reducido a un tema ambientalista.
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